Definiendo el concepto de empresa
Para un verdadero emprendedor, formular un nuevo negocio es un acto creativo embriagador.
Por encima de todas las demás formas de energía, representa el poder del pensamiento enfocado.
Entusiasmo en acción, cuyo combustible es una imagen, que va ganando claridad en la mente creativa del dueño del restaurante.
Oportunidad de elevar tu vida a través de un esfuerzo consciente y deliberado.
En esencia, un Sueño adulto que se hace realidad para aquellos que, por dentro, nunca han dejado de ser niños.
Es, sin duda, un Acto de Amor.
Nuestro Pensamiento determina nuestra realidad.
Elevar nuestro pensamiento significa cambiar para siempre nuestras condiciones reales.
Incluso si fallamos.
El fracaso es el precio de la grandeza.
El pensamiento estratégico es el proceso que tiene lugar en la mente del dueño del restaurante y las personas clave que lo rodean.
Consiste en definir en tu mente la imagen del concepto al que le quieres dar vida.
Es como una pintura, una pintura que eventualmente será traducida a una realidad física.
Para dar en el blanco, tenemos que verlo.
Casi siempre, si no estamos acostumbrados, nos impacientamos con los conceptos, porque los consideramos académicos y poco prácticos.
Como emprendedores, preferimos la acción, queremos ponernos manos a la obra.
No somos conscientes de que el propósito de definir claramente un concepto es promover alternativas prácticas de acción.
Para trazar diferentes caminos en tu mente que te lleven a la meta, necesitas tener claro el marco conceptual en el que te mueves.
Sólo entonces podrá actuar con eficacia.
Un concepto de empresa definido puede ser explicado, refinado, cambiado y reformulado.
Si no se hace explícito el concepto operacional, seguiremos sujetos a él.
Explícita o implícitamente, clara o confusamente, todos los restaurantes que conoces tienen un concepto de empresa básico.
Cada alternativa en tu área de influencia representa una opción para tu público objetivo.
En el pasado, cuando alguien se preguntaba “¿Qué vamos a cenar?”, la respuesta era muy sencilla…cualquier presa fácil que pasara cerca de la cueva.
Hoy nuestro cliente puede elegir entre infinitas opciones de comida para cocinar en casa.
También, si no quiere cocinar o tiene ganas de salir. Tiene una infinidad de posibles alternativas entre las que elegir.
Restaurantes italianos, franceses, tailandeses, chinos, portugueses, latinos y muchos más.
Pero también hoy en día hay propuestas fusión de casi todas las cocinas del mundo. Cocina asiática, mediterránea, china fusionada con cocina española, cocina andaluza mezclada con cocina italiana.
En los mercados desarrollados, en los que los clientes tienen un alto poder, sus miembros tienen verdaderas dificultades para tomar una decisión.
Así que cada día nacen nuevas empresas que, de diferentes formas, ayudan a las personas a elegir la mejor opción en función de su perfil y gustos.
Hoy internet juega un papel importante en este sentido.
La gente consulta Internet antes de elegir a qué restaurante ir.
Busque comentarios de otros clientes para minimizar el riesgo de error.
Se asegura de que el menú sea de su agrado y el precio no supere el presupuesto mentalmente fijado para la ocasión.
Con esto ya nos podemos hacer una idea de la aversión al riesgo que tenemos los seres humanos.
Aun así, las opciones son excesivas y producen confusión.
Los adultos con demasiadas opciones que pueden satisfacer inmediatamente se comportan como niños.
Pierden su capacidad de tomar decisiones se vuelve aburrida.
Este es el escenario en el que nos tendremos que mover como propietarios de un restaurante.
Y Recuerda… En un mercado con exceso de oferta, los errores salen muy caros.
Todo lo contrario, sucede en situaciones de monopolio, cuando teníamos que obligarnos a tragar mal servicio y abusos de todo tipo.
Ahora te pierdes y la competencia se lleva a tu cliente.
Así que hoy, más que nunca, el enfoque es necesario.
Tenemos que definir una estrategia sencilla y dibujar un concepto de negocio bien diferenciado.
SIMPLICIDAD significa Encontrar la Esencia de la Idea.
Tener claro cómo nuestro restaurante aporta valor.
De qué manera va a captar la atención de un cliente despistado por millones de opciones diferentes.
Cómo vamos a ganar la atención primero y el corazón después de un cliente cansado del exceso de todo.
Para hacer de tu negocio un Restaurante Magnético, tendrás que tomar nota y aplicar unos principios muy sencillos que se basan en el funcionamiento de la mente humana.
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